lunes, 6 de febrero de 2012

Corriéndose tu rímel por mi drama.

Vivo dependiendo de un reloj, de su tic tac, de las horas que me marca y del sonido que no me tranquiliza. Vivo en una monótona rutina para pasar los días, unos detrás de otros; para llorarlo todo a las noches. Vivo volviendo para recoger mis cachos, los que me dejé en el camino. Vivo soñando con los ojos abiertos, para ver este cielo que no me espera ni sentado siquiera. Vivo olvidándote en las esquinas, tu vives quemándome, de esa forma que duele. No pedía una vida perfecta, ni un amor eterno, ni una felicidad infinita; pedí una vida muy perra pero con remedio, un amor que me hiciera fluir, una felicidad limitada; que me hiciera sonreír entre llamas, y sufrir entre murmullos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario