miércoles, 25 de enero de 2012

Rápido. Así es como pasa el tiempo. No nos damos cuenta de que los segundos, minutos y horas, pasan a nuestro lado casi sin sentirlos, se nos escapan de las manos. No podemos evitarlo. Pensamos en cómo éramos hace un tiempo; nos asombramos, muchos cambios, nuevas maneras de afrontar la vida, nuevas situaciones, 
nuevas melodías, nuevos problemas. Hemos cambiado, físicamente también, nuestra cara tiene diferente forma, nuestra sonrisa tiene otro sentido, nuestros ojos dicen cosas diferentes. Vestimos de otra manera, cambian las modas; hemos sustituido unas converse por unas bailarinas, una sudadera por una blusa, un plumífero por una chaqueta de cuero. Ahora somos otros, no sé si mejores o peores, pero ya no somos los mismos. Ahora buscamos otro sentido al existir, hemos vivido un poquito más, y podríamos decir que sabemos algo más de la vida. Y sin darnos cuenta el tiempo pasa sin avisar, somos más mayores; y seguramente muchos de los momentos que hemos vivido no los hemos celebrado como debíamos, muchas tardes las hemos desperdiciado, hemos guardado sonrisas que debíamos haber regalado, hemos caido en crisis inecesarias y hemos llorado sin motivos. Eh, dejemos de buscar momentos irrepetibles, personas perfectas, incluso lugares nunca vistos, porque sería vivir en un mundo irreal. Nunca vamos a brillar como ahora mismo, que no siempre vamos a ser tan jóvenes, no vivimos para siempre. No tenemos el poder pero nunca diremos nunca.

FOREVER YOUNG.

No hay comentarios:

Publicar un comentario