Puedo recordarte día y noche, no me cuesta nada. De echo tengo tendencia a hacerlo. Parece que tu orgullo te cuida mejor de lo que yo lo hacía. Me limito a repetirme unas cuantas veces al día que fui tonta al no ver el valor que tú me aportabas. En verdad no entiendo qué es lo que me arrastra hacia tí; algo indescriptible, algo que solo se siente. Igual que sientes la falta de un abrazo, o la falta de tus consejos. No mereces, no mereces ni unas pocas líneas. Yo y mi bipolaridad, tú y tu papel secundario.
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